Cumpliendo mi reto...

Katherine me había retado, no me quedaba otra que cumplirlo. No estaba la profe, puede que uno o dos alumnos pero no los conocía así que no tenía de qué preocuparme. Puede que luego hablaran entre ellos, peron o eran de mi curso y bueno me podrían mirar mal por los pasillos y reírse, pero me daba igual no los conocía.
Llevaba el cancan, entré en la clase de un salto, empecé a bailar moviendo las piernas y meneando la falda con las manos.

Tenía que agarrar unos papeles sobre el alumnado que estaría en mi clase y el que eligió tecnología moderna. Me reía para mis adentros, mientras mostraba una cara neutral por fuera. Esos que habían elegido tecnología moderna tarde o temprano les tocaría mi clase, y entonces sí que sería peor.
Pero de repente oí un gran revuelo que provenía de la clase de Lengua Inglesa. Muchos gritos, y solbidos, y ruidos como si un luchador de sumo estuviera saltando.
Y cuando entré la imagen que ví me dejó de piedra...En todos mis años de profesor nucna había visto una clase convertida en un cabaret.
-¿Pero se puede saber que está ocurriendo aquí?- era una pregunta retórica por supuesto, pero tenía que decir algo mientras analizaba al culpable de ese revuelo.Entonces ví a la chica disfrazada, y ya adiviné quien era la culpable- Señorita Olsen, !salga fuera inmediatamente!

No podía ser peor, no podía ser peor, no podía ser peor. Me lo repetía en mi cabeza una y otra vez. Dios mío, que horror, era mi fin. Ahí me encontraba, totalmente ridícula con mi vestido de cancan, y el profesor me miraba como si me quisiera matar. No sólo habia echo el rídiculo, me había ganada un gran castigo.
-Pro...Profe...- mierda no me salían las palabras- yo... no...

-¡Tu estas castigada!- me encaré a ella para que sintiera el miedo, lo que había echo era una ofensa, no sólo al instituto sino también por ella misma. Eso era el colmo, se había pasado de la raya, ¿es que está juventud no pensaba en nada más que hacer el idiota?- Correrás por todo el prado, y sin descanso, ¿no tienes ganas de bailar? ¡Yo te enseñaré una forma de gastar energías! ¡Y vete a cambiar ahora mismo! Te quiero ver en el prado dentro de diez minutos ¡Andando!

-¿Correr por todo el prado?- pregunté atónita- pero... ¿No puede castigarme con escribir cien veces en la pizarra no lo volvere a hacer?
Le miré de reojo y vi que si no hacía lo que me decía me mataría. Subí corriendo a mi habitación para cambiarme, el profesor Carlyle me daba mucho miedo.