Blood-teared~

+Primer capítulo

~¿Primer día de clases, o primer muerto?~


Ni bien estuve fuera de mi cama, preparé mi bolso para la escuela. Arrastrando el bolso que iba supuestamente en la espalda, llegué hasta el salón algo dormida, y allí estaba mi madre viendo la tv, mientras que preparaba unos deliciosos cereales con leche. Captó que yo estaba ahí, y desvió su atención de la televisión a mí.
~ Buenos días. ~ Dijo con tranquilidad esbozando una sonrisa, colocándole toda la perfección a su rostro cubierto con rulos negros.
Asentí con la cabeza, demasiado somnolienta como para responder, y me senté en la mesa para que me entregaran mis cereales, y los mastiqué con facilidad. Antes bebía leche con chocolate, pero ya estaba algo grande para esto. Muchos consideraban que a los 12 años aún se necesitaba leche, y lo justo eran los cereales. Piper se sentó enfrente mío, y le sonreí al gato blanco muy peludo de unos ojos grises.

~ Hayley, vístete, yo te llevo. ~ Me habló alguien, y doblé la cabeza hacia un pasillo. Mi padrastro. Sonreí, Gary me caía bien y era muy buen padre, no como mi anterior. Terminando los cereales, dejé la cuchara a un lado y me encaminé a pasos rápidos hasta mi habitación.

Tomé mi uniforme con ligereza, una camisa blanca con una bufanda roja y azul, y la falda típica a cuadros rojos y azul. Me coloqué mis zapatos negros con las calcetas blancas, y salí con mi bolso sobre la espalda. Me hice una coleta enrrollada en el cabello, uniendo mis cabellos color miel con un broche con pequeños brillos blancos. Unos ojos verdes aparecieron en el espejo junto con un rostro blanco como papel. Me dí la vuelta, dándole la espalda al espejo.

Salí de mi habitación, me coloqué en la espalda mi mochila, y abrí la puerta, ni siquiera sabiendo que me depararía ese lugar llamado Escuela y mi ultimo año, luego iría a la preparatoria.

Habíamos llegado, me había dormido en el trayecto en el auto de Gary. Ese auto era como un puma, era genial. Me bajé, saludando a mi padrastro y corrí hasta la entrada, haciendo rebotar mi coleta en el cabello. Pronto, me junté con mi grupo de amigas, quienes esperaban a Valentine y a Veronique, y ami, claro. Todas me arrastraron hasta un lugar sin siquiera saludarme, y comenzaron a hablar.

~ ¿Ves a esa chica? ~ Preguntó Heather, señalando a una muchachita de cabello doradísimo y ojos marrones. Asentí con la cabeza. ~ Puedo jurar que la ví hablando con tu chico. ~ Terminó, y yo me enfurecí. ¿Para ESO me llamaba? La miré con odio en los ojos.

~ ¿Y para eso me llamas, celocienta? ~ Dije furiosa, nunca había estado así en mi vida, pero sentí una fría y pequeña mano sobre mi hombro. Luna. Se me llenaron los ojos de lágrimas y solté varias. Esa chica guapa de ojos negros y cabello desgreñoso y enrulado hasta el muslo que no veía hace años estaba detrás de mi. Mi mejor amiga había vuelto. ~ ¡Luna! ¡Luna no lo puedo creer! ~ Exclamé, lanzandome en sus brazos. Ella posó sus manos sobre mi espalda, palmeandome ligeramente en los homóplatos y sonrió.

~ Yo también te extrañé, Hayley. ~ Me dijo con su voz tan tranquila. La cogí del brazo, y por un momento me olvidé del mundo, mi mejor amiga estaba junto a mi. ~ Vamos a clase. ~ Dijo, y comenzó a caminar hacia adentro de mi brazo. Miró de soslayo a la muchachita que me había nombrado Heather. ~ Luego te debo contar algo. ~ Avisó, y pronto entendí. Debía ser algo importante, ya que su madre era reportera y su padre era un juez.

Ambas nos sentamos en nuestros pupitres, esperando al profesor, con todos haciendo alboroto. Pronto, ella volvió a hablar.

~ La madre de esa muchacha se suicidó hace unos pocos días, pero aún no me trago lo que se suicidó, es practicamente imposible ya que ya estaría avisada, y además esa niña estaba con ella, y no quiere hablar. Para mí que la asesinaron, y la echaron. ~ La miré todo el tiempo, bastante sorprendida.

~ Creo que debería hablar con ella, debe estar muy apenada por la muerte de su madre. ~ Le dije, mientras que le hacía una seña que me esperara y miraba alrededor. La muchachita de cabello dorado se encontraba al final de la clase, con mirada perdida como si estuviera muerta. ~ ¿Hola? ~ Le pregunté con una sonrisa, acercándome, pero cuando se dió la vuelta casi me da un infarto, sus ojos se clavaron en mi y me comenzaron a mirar desde los pies a la cabeza. Pronto, su mirada se calmó.

~ Hola ~ Respondió, mirando al vacío de nuevo. Esa chica de verdad asustaba. Ni siquiera me dijo su nombre.

~ Aaaaaah... ~ Pensé antes de hablar, y de nuevo su mirada se me clavó, punzandome amenazadoramente. ~ Soy Hayley. ~ Solté rápido. Ella ni siquiera sonrió, sino que se volvió y movió sus labios, no precisamente diciendo su nombre. Tan rápido los movía que parecía todo un párrafo.

~ Gabrielle. ~ Terminó soltando, volviendome a mirar pero esta vez con una pequeña sonrisa ladeada, que no me dió ni pizca de confianza, pero no me iba a poner a pensar esas cosas. Me agaché apenas, apoyándome sobre su pupitre, dispuesta a hablar un poco, pero algo me arañó la cara y algo me apartó, haciendome caer al suelo. Toqué la sangre que salía de mi cara, y miré asustada a la muchacha. Esta, mas que sorprendida miraba atónita hacia Luna, casi temblando. Me tomó por el brazo, y me llevó hasta la enfermería, mientras que sentía que mis párpados caían y la presión subía cada vez más, dejándome desmayarme "en paz".