[ Bueno bueno mis amorados lectores xD Esta historia se trata de mí, y de Renesmée, aunque MUY MUY MUUY CAMBIADA. Todas las escenas estan reemplazadas ppor unas que invente yo. Espero que les guste, ahí va.]
Una dura vida, un preciado final.
Seguí corriendo entre los pasadizos, rezando y rezando porque no me dispararan. Nadie escuchó mis dolorosas plegarias agitadas, entonces una bala fué directo a mi espalda, en la altura de mi pecho. Seguí gritando plegarias, apenas audibles, pero nada, solo oía el ruido de la sangre golpear contra la calle. Un par de caras borrosas se acercaron, y comenzaron a vaciar todos mis bolsillos, dejándome limpio como patena, sin nada de dinero. Alguien apareció entre ellos, una chica, una mujer, mejor dicho. Una mujer tan angelical y con un rostro perfecto, que apenas podía ser divisado por mi, debido al mareo. Se deshizo fácilmente de ellos, con una ligereza de pies que nunca habia visto. Era como un ángel. ¿Acaso era mi hermana, Tatiyana? Dudé de eso, esa figura era completamente angelical y se movía con mucha más rapidez que mi hermana. Pronto la figura angelical se volteó hacia mi, y pude ver sus bellos ojos llenos de lágrimas. Se acercó a paso rápido.
_Pronto el dolor cesará. - Pronunció su boca, con un tono lastimoso. De repente, un dolor punzante en mi brazo me hizo estremeserme, para luego desmayarme entre el frío suelo. No sentía nada, o al menos no era capaz de sentir nada.
Al par de días, amanecí. No era yo, tenía una sed sumamente extraña, y sin siquiera pensarlo comencé a matar, matar y matar. A los dos días de haber hecho una catástrofe en un pueblito, recibí una nota. Debía ser de la muchacha, esa figura tan angelical volvió a aparecer en mi mente como un rayo. Esos ojos tan perfectos, esa boca reluciente, y esos abuclados cabellos de un color amarronado. Y luego ese dolor punzante hizo que ella desapareciera por completo. Comencé a leer la carta, lagrimeando.
"Querido Robert:
Me he enterado que has cometido una horrible catástrofe en ese pueblo. Debo admitir que estoy muy decepcionada de tí, por suerte, hay un arreglo. "
Luego de esa carta, venía la dirección de un instituto de vampiros y humanos llamado "Medianoche". Ni bien abrí la puerta, corrí hasta encontrar un par de caballos, y sin siquiera pensarlo, me monté y comencé una ardúa carrera hasta el instituto llamado Medianoche.
"Gracias, ángel" Repitió mi boca, y comencé a desaparecer entre unos árboles grandes, muy grandes, y haciéndome invisible a muchos ojos que me miraban atentos.
Y allí, ante mis ojos estaba el Internado de Vampiros y humanos, el "Medianoche". El tal nombrado en las cartas del ángel, si es que lo era. Me bajé del caballo, notando muchas miradas de algunas muchachas. Miré a cada una, sin expresión alguna. Solo estaba enamorado del ángel, el hermoso ángel, la figura tan delicada y hermosa, con unos bucles muy marcados relucientes. Comencé a explorar el lugar, y un grupo de chicas, que reían y cantaban, hablaban y gritaban llamó mi atención. Una jóven con unos cabellos cortos, que otra le había gritado "Mimi!". Otra chica, que lucía de una época bastante lejana del modo que se comportaba. La llamaron Melody. Otra también rubia, como "Melody", con los rasgos de la cara preciosos, al igual que todas. Una perfecta figura esbelta moviéndose con una rapidéz y delicadez llamó completamente mi atención. Tenía unos ojos algo grisáceos, con un tono cielo. Reía ante los chistes de las demás, y ella hacía sus propios chistes, haciendo a los demás reventar de risa. Pronto apareció un chico, que se acercó a ella. Salí corriendo con una mueca en mis labios, y entré a la administración, donde me dieron mi habitación junto a un tal Ian.
Entré a mi habitación, dejé mis maletas y miré a mi compañero. Era el chico que se había acercado tanto al ángel. Estaba sentado sobre su cama escuchando música, pronto algo sonó en la ventana, seguido de un chirrido, interrumpiendo mi enojo. Algo se asomó de la ventana, y subió una pierna al marco. Era el ángel, no quería ser atrevido, pero se veía muy... sexy. Al mismo tiempo se veía tan dulce que mis ojos tomaron un brillo.
_Hola, soy Renesmée Carlie Lommy. - Dijo su adorable voz, dirigiéndome una dulce sonrisita algo sonrosada.
_Robert Keeling. - Dije, a punto de acercarme pero ella fué con el chico, y cuando lo besó, una rabia corrió por mis venas. Me sequé la lagrimita que corría por mi mejilla, y me dirigí a golpear al chico, pero el ángel lo defendió. Así nos convertimos todos en enemigos, y a la noche siguiente me detuve a esperar en la ventana a que mi ángel apareciera, pero noté otra escena. El chico, besando a una chica, y "Renesmée", así llamado mi ángel, llegó a la habitación junto a el. No sabía como matarlo al chico, tal vez calcinándolo, o algo parecido, pero, daba igual, igual el chico moriría.
El ángel se adelantó unos pasos, unos pasitos danzarines con el detrás, y me miró.
[Wopp! Quedense con la intriga, esperen hasta mañana xD]
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