"Olvidando el pasado" (Carlyle)

No estaba dando un paseo ni nada parecido. Estaba oliendo a mi presa. Una presa de ojos verdes y endiablada. Un demonio que había irrumpido en mi clase y había ensuciado todos los uniformes. Invadiendo de abejas el aula entera. Había olido su rastro. Lo hice en la guerra civil más de una vez.
Y entonces la ví, tocando la guitarra como si no hubiera cometido el crimen que acababa de cometer. Estaba tan furioso, que agarré el arbol en el que estaba subida, y lo tambaleé para poder tirarla.

¡Era el colmo! Encima estaba orgullosa de lo que habia echo. ¿A eso lo llamaba regalo?
-¡Como se te ha ocurrido hacer una cosa asi!- le reprendí, por eso no me gustaba dar clase a adolescentes, me sentía más viejo de lo normal- ¡¿Tienes la ma´s remota idea del peligro que podía haber corrido cualquiera de tus compañeros si hubieran entrado a por sus unirformes?!
Por suerte entré antes que los demás alumnos, y acabé con las abejas a tiempo. Y después tuve que castigar a más de uno porque no paraba de reirse al verme intentar echar a las avejas.

La observé más que malumorado, la observé poseído. ¿Es que no me tenía el suficiente respeto?, por lo visto solo la intimidaba Bethany. ¡¿Desde cuando solo asusto a los alumnos por chivarme a la directora?! Nunca me había echo falta hacerlo.
-No vas a tocar nunca más- dije, mientras agarraba la guitarra, y atravesaba el bosque para quedármela.
Instrumento que no servía de nada sólo para hacer ruido. Avancé a grandes zancadas. Esa diabla no vería su guitarra en siglos, si no me moría antes.

¡Me estaba sacando de quicio! ¿Como se atrevia a quitarme algo que le había confiscado?, ¡¿Es que ya no me tenía ningun respeto?! La agarré del pié con una mano, sin ninguna inyención de soltarlo, o me daba ese instrumento por las buenas, o por las malas.
-O me das esa cosa, o te arranco el pie- le amenacé aprentando más su tobillo.

Escuché su amenaza, y ahogué una terrible carcajada con un simple *Giggles*. ~ ¡ATRÉVETE! ~ Exclamé, y pronto recordé que tenía el otro pie suelto, y mi agilidad era demasiado avanzada a la comun. Con mi otro pie logre levantarme, y grité como Yaki-chan en medio de una pelea (off: xDDDDDDDDD). Luego, seguido de eso dí una vuelta en mi eje, aunque mi pie se esguinzó, me lancé sobre el y lo golpée con la guitarra en la cabeza.

Cuando me calmé, pero comencé a jadear por el gran esfuerzo, traté de levantarme, pero ahora mis manos estaban atrapadas. ~ ¡Nooo! ¡Por el poder de hi-man! ¡Oh, espera! ¡Soy mas grande que tu! Wakakaka, espié tus registros, 150 años, wakakakaka! ¡Yo tengo 210! ¡Wakakaka!~ Dije con tono algo calmado pero muy victoriosa. ¡Era mas grande que un proff guapisimo malacara!

(0ff: Ahora se supone que el malacara la ve con otros ojos *-* )

No me gustaban las burlas ni la sátiras. La apreté el tobillo, y ella gimió de dolor. Y entonces algo me golpeó el pecho. Ella me miró a los ojos suplicante. Y me perdí en ellos. Nunca me había fijado en que eran verdes. De hecho, nunca me había fijado en la diferencia de las Olsen. Pero en aquel instante me parecieron muy distintas. Entorné los ojos, y entonces la solté. Que se quedara con su maldito instrumento.
-No vuelvas a hacer algo como lo de hoy- le advertí- Porque no respondo de mí.
Avancé para alejarme de ella. No me sentí cómodo a su lado. Sólo quería alejarme. Rechiné los dientes de rabia mientras avanzaba. ¿Porque demonios no habrían elegido tecnología moderna? Seguro que ahora podría seguir con mi vida, sin esas dichosas Olsen.

La ví caerse y agarrarse a mi pierna. ¡El castigo corporal no servía de nada! Pero me dió pena verla caerse. La torcedura era simple, lo había echo muchas veces. Sólo te adormece la articulación por unos minutos.
-Siéntate- le ordené, y cuando lo hice le golpeé con el dedo en la frente, a modo de burla- y ahora quédate ahñi quieta como una niña buena durante unos minutos. Luego podrás andar.

¡Maldita sea! Me había dormido la articulaciçón tal y como yo se lo había echo. ¡La última vez que le daba la espalda!
Comencé a masajearme el tobillo para que se me despertara un poco, mientras ella me decía como tenía que llamarla.
-En ése caso la seguiré llamando "SEÑORITA OLSEN"- dije con sarcasmo- no sabe la pena que me da que la joda, que la llame así. ¡Y que sea la ultima vez que me agrede maníaca!

Esa insinuación me volvió loco. Sentí como todos los poros de mi cuerpo se tensaban. Pero no...NO CARLYLE NO. Vale, siemrpe funcionaba mi autocontrol. Luego se ofreció a llevarme a Medianoche.
-Preferiría pudrirme en el bosque- le contesté bastante desagradecido, pero odiaba que me hiciera sentir así.

No me inmuté, le agarré la mano ocmo un niño bueno, y dejé que me llevara por el bosque. No sabía que decir, me había quedado sin habla. Algo me pasaba cuando estaba al lado de ella. Y no me gustaba. Nunca me había pasado. Y sería una irresponsabilidad por mi parte intentar algo. Decidí que nada más llegar a Medianoche, dejaría de pensar en tonterías. Y me preocuparía más por las futuras clases.

-Espero que seas menos llamativa cuando estés en presencia de los demás alumnos- dije después de ver la escena- algunos son humanos.
Me empecé a masajear el pié de nuevo, mientras me preguntaba cuánto tardaría en llegar a Medianoche, ya que Olsen no pensaba ir, porque había dado la vuelta.
-¿No me ibas a llevar a Medianoche?

Recibí el beso, y no pude evitar corresponderlo. Era de esas cosas que si te vienen por sorpresa no eres capaz de raccionar. Y que si te gustan, no detienes hasta que te das cuenta de lo que estás haciendo. Y en efecto. Después de haber correspondido el beso y de que ella se apartara, me había dado cuenta de lo que había ocurrido.
-Pero que...- dije algo aturdido.

No sabía muy bien qué me pasaba. Ni porque la agarrá de la nuce y la besé apasionadamente. No fué por su burla. Fué una nesecidad que no había sentido antes. Luego al ver su expresión, y al ver lo que acababa de hacer sin ningún tipo de responsabilidad. Me levanté y empecé a avanzar paso decidido a Medianoche. Me dolía el tobillo, sí. Pero tenía que salir de allí.