Poco a poco, mis ojos se cerraron por completo, arrastrando hasta mi naríz su peculiar olor. Tenía una mezcla de olores que daban por final algo delicioso. Yo simplemente olía a mi Shampoo de Frambuesa y rosas. Quedé dormida, y en lo único que pude pensar o soñar fué en el. Volví a dormir como terrible tronco, ni siquiera lograría escuchar una orquesta en el cuarto. Seguía en mi sueño, soñaba que caminaba con Carlyle de la mano por un sinuoso camino, y cuando llegamos al final, de la tierra salió una enorme Bethany con dientes de monstruo y haciendo como King Kong, destruyendo todo. Pronto, de nuevo todo se fundió en oscuridad, y finalmente dormí como un bebé.