Pensando en lo ocurrido (+18)

Le devoldí el beso, y la abrazé mientras la besaba. Se había convertido en una droga para mí.
-No sabes donde te metes...- le dije mientras le dejé de besar para respirar. Tal vez debía de cortar todo desde ese mismo instante. O la situación llegaría a un punto en el que nignuno de los dos querríamos pararla.

~ No, no lo sé, y tu tampoco. ~ Sonreí, aun con la mano en su mejilla. Respiré hondo, había perdido todo los pulmones literalmente. ~ Averígualo. ~ Apoyé mi mejilla contra la suya, abrazándolo por debajo de los brazos y cruzando mis dedos tras su espalda. Cerré por un momento los ojos, relajada y sin pensar en nada. Mi mente estaba en blanco, y solo queria permanecer todo mi día allí posada junto a "EL".

No sabía como una persona tan especial, encima un profesor, me hacia olvidar mi caracter maniático y fuerte, para dar todo mi cariño sin necesidad de amenazarme con cortarme la cabeza en dos. Acerqué mis labios hasta los suyos, sin dar otro paso, esperando que el se siga acercando. Simplemente cerré los ojos, pasando los brazos por su cadera y entrelazando mis dedos por su espalda, un abrazo cariñoso.
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0ff: T^T

Esa muestra de ternura había bloqueado mi mecanismo de autodefensa. Me sentía hipnotizado por ese gesto. Sin darme cuenta avancé mi boca para besar la suya. Era totalmente consciente de lo que estaba haciendo, pero resultaba imposible quitármela de la cabeza, incluso cuando estaba enfadado pensaba en ella.
-Te quiero- susurré con un suspiro entrecortado, y sin dejarla responder apreté mi boca más ala suya.
No quería que respondiera, porque si lo hacía, dejaría por completo mi autodominio.

off: sorry tube ke llevar mi pc a reparar x_X y hasta que no me han dado vacaciones no he podido venir.

No quería oirlo, pues no sabía si estaba preparado para oirlo. Y así fué, no estaba preparado. Me solí apasar muy amenudo cuando estaba con ella, se me olvidaba por completo cual era mi posición. Al oir que ella también me amaba la estreché entre mis brazos.
-No sabes donde te metes Ness- le susurré al oido, sin soltarla, pues ni ella misma podría soltarse ahora.

Se apoyó en mi hombro y respiré su fragancia. Todo en ella me atraía. Posé mi mano en su nuca a modo de caricia, aunque mis manos eran demasiado ásperas. Luego la besé, un beso pausado. Quería sentir la textura de sus labios. Hacía mucho que no estaba con una mujer. Y ella había conseguido que no me la pudiera sacar de la mente.
-Soy tu profesor- ponía excusas. Excusas que ni yo mismo me creía, pues por algo no la soltaba.

Me sorprendió que no me diera una respuesta, ya que solo actuó. Sentí un escalofrío por todo mi cuerpo al comprobar que estaba encima de ella. Fue in voluntario ponerle las manos en sus caderas. La devolví el beso. Fui bajando poco a poco hasta llegar a sus clavículas. No sabía si estaba dispuesta a llegar a más. Aunque no parecía ser su primera vez.
-Última oportunidad- dije dándole tiempo para echarse a atrás, para que no hubiera futuros arrepentimientos.

La abracé y la apreté contra mí. Aquello no sería un simple desliz. Posé mis manos en sus muslos y los apreté suavemente, mientras le daba un ligero mordisco en el cuello. No quería aplastarla, se veía tan pequeña debajo de mí que sentía que la aplastaría. Subí un poco la camisa y la besé en el vientre. Lo tenía plano y firme.
-¿No prefieres estar arriba?- sonaa como si fuera virgen, pero llevaba tanto tiempo sin tocar una mujer que me resultaba prácticamente nuevo.

Esta vez la fuí besando con dulzura mientras le quitaba la camisa. Y le besé entre los pechos, tardando un rato en apartarme para acomodarme de nuevo. La besé mientras me intentaba desabrochar el pantalón, quien parecía resistirse. Estaba nervioso, y demasiado patoso.
-Maldita sea- gruñí urgido, odiaba sentirme tan torpe en aquel momento.

Después de tumbarme junto a ella, y de desnudarla. Recorrí la aureola de uno de sus pechos. Era perfeca, simplemente perfecta. Bajé la cabeza sobre su pecho y me lo metí en l boca, lo saboreé, lo lamí y jugueté con él hasta deleitarme y comprobar que a ella también le gustaba. Con cada espasmo de deseo sentía que se me estremecía todo el cuerpo. Me encantaban todas sus reacciones ante mis caricias. Me encantaba el sonido de su voz ronca y quebrada por el deseo.

La acaricié el pubis, hasta que encontré su punto de excitación. Soltó un gemido de placer y entonces, comencé a explorarlo. Entre ligeros espamos de placer, me percaté que ya estaba preparada, ya estaba lo suficientemente húmeda. Me incorporé encima de ella´, de tal manera que estuviera lo más cómoda posible. Y la besé apasionadamente, mientras la penetraba lentamente. Una vez dentro, la besé la mejilla y comencé a emitir movimientos. Oía perfectamente sus gemidos de placer, al igual que ella los mios.

Al instante ella consiguió seguir mi rítmo. Lo que me dió un placer atroz.
-Ness...- dije desashogado por la pasión- te amo...
Comenzé a emitir movimientos mas fuertes y guturales. Quería ser delicado, lo estaba logrando. Pero no podía, ya no podía. Quería tomarla ya no me importaba la delicadeza. Fuí modificando el rítmo poco a poco para que ella se fuera adaptando, hasta que una vez coordinados, su propio rítmo me llevó al extasis.

Sentía que ya no aguantaba más, y todos los gestos de ella me animaban a ello. Llegamos al clímax al mismo tiempo. La recosté a mi lado, y le sonreí. Nunca sonreía, pero con ella me resultaba tan sencillo...
-Te amo- volví a repetir, esta vez más sereno.

La abrazé para dormir. Y la besé la frente mientras ella se recostaba junto a mí. Me sentía completo a su lado. Siempre había vivido sabiendo que me faltaba algo. Y ahora sabía que siempre la había estado buscando. Sonreí a oler su pelo. La amaba tanto que todo en ella me resultaba perfecto.