Chapuzón en el lago (Bella)

Suspiré, no quería ser agoísta, no quería hacer que su vida fuera a peor sólo para que la mía estuviera mejor. No era justo, no era algo que Bella tuviera que pagar. Estaba también el pequeño problema de que mi cabeza tenía un precio, y no estaba seguro cuanto iba a durar ésa huída- Lo que vivirías conmigo no sería vida, sería un martirio, me están buscando Bella, y no pararan hasta que me encuentren.

Seguro que ella sentía un amor pasajero. estaba en plena adolescencia, en aquellos momentos nadie piensa con claridad. Sólo se tientan del peligro y del placer. Bella quería estar conmigo pasara lo que pasara, pero en un futuro posiblemente no compartiera los mimos deseos. Se hartaría de huir, de no tener una vida estable. De no poder llamar "Su hogar" a ninguna casa. Y posiblemente cuando pensara eso ya sería demasiado tarde, y ya no podría remediar esa decisión- Eso dices ahora- dije bastante decaído- Lo ves sencillo, no te preocupa el futuro, porque quieres vivir el presente. Pero te cansarás de ése presente, y querras que el futuro sea diferente. Ser vampiro no es tan sencillo, y ser mi pareja tampoco.

Me dí cuenta que la estaba siguiendo muy de cerca, cuando ya íbamos a mitad de camino hasta Medianoche. Ambos empapados, y yo más bien parecido a una rata mojada. Bella tenía el pelo por la cara, y como andaba enojada se la veía de lo más divertida, no pude evitar reírme mientras avanzaba detrás de ella. Entonces se volvió mirándome como si me fuera a degollar con sus propias manos, y no lo pude evitar...-Te amo

La agarré del brazo, no me estaba burlando, lo decía de corazón y tal vez por eso sonaran tan rídiculas mis palabras, porque nunca lo había usado- Lo digo en serio- le dije meintras la obligaba a mirarme a los ojos- Siento resultar tan imbécil, es la primera vez que siento algo por alguien, no sé actuar en casos como estos- y éso que tenía mucha práctica, pero nunca me había preocupado hacer daño a las mujeres con las que solía estar. Con Bella tenía miendo de estropearlo.

La devolví el abrazo. Era inevitable, aunque hubiera querido separarla de mí, habría estado siguiéndola como lo hice hace unos instantes. La besé la frente, si se arrepentía de ello, intentaría por todos los medios que pudiera volver a ser la que era, para que no sufriera-Tendré que arreglar mis problemas con la justicia, para cuando queramos marcharnos a vivir juntos- la miré por si le parecía buena idea- Porque ¿Nos iremos a vivir juntos no?

Le sonreí y la besé tiernamente. Parecía como si estuviera echa para que la tuviera entre mis brazos. Era una sensación agradable. De hecho estar con ella en sí, era de lo más agradable.- Bueno por si acaso escribiré mi testamento otorgandote todos mis bienes- bromeé, aunque si fuera así se llevaría bastante mercancía, no toda legal- Aunque creo que la última descendiente de mi hermano también querrá algo- volví a bromear, ya que ella ni sabía que yo seguia vivo. Ni siquiera sabía quién era yo.

En aquel momento me sentí completo. Por primera vez en mi vida, unas simples palabras me hicieron sentirme completo. No sabía por cuanto tiempo, ya que siempre se decía que el amor no era para siempre. Pero al no haberlo sentido, para mí era algo más sagrado. Cuando me volvió a besar, le noté los labios un poco fríos- estás helada- afirmé mientras le frotaba los brazos- aunque creo que estoy igual de helado que tú.

Empecé a pensar un monton de cosas sucias para hacernos entrar en calor allí mismo. Pero no era el momento. Acababamos de declarar lo que sentíamos. Tenía que aprender a guardar la parte de mí que no tenía ningún tipo de pudor. O la que directamente no pensaba con frecuencia- Está bien- admití mientras avanzabamos, agarrados de la mano. Era un acto más bien de críos, pero no me estaba importando en absoluto.

La vuelta a Medianoche resultó un paseo. Y muy reconfortante. Aunque a veces le apretaba la mano a Bella mas fuerte de lo normal. Y cuando me daba cuenta dejaba de hacerlo. Me sentía torpe, como un crío cuando se enamoraba por primera vez. Ridículo. Nos detuvimos cuando llegamos al pasillo de las habitaciones femeninas. Era el momento de separarse- Claro- le respondí con ternura- Te acompañaré a las clases.

-Hasta mañana- me despedí de ella sin dejar de sonreir como un bobo- y yo a ti.
La vi alejarse por el pasillo. Tenía ganas de ir detrás, y hacerla entrar en calor. Pero no sería apropiado, y ella tampoco querría. Sería muy violento. ¿Cómo era posible estar helado por todos lados, y tener la entrepierna al rojo vivo? Por dios, ése día era especial, romántico, lo que llevaba a las chicas a soñar con cuentos de hadas, no podía estropearlo. Me dí media vuelta, y avancé deprisa. Iría a por unos hielos para bajar la inchazón antes de irme a la cama.

ok este tema queda cerrado
gracias por uno de los mejores post q e tendio en este y en otros foros
n.n